Los niños y el perverso Juego del Calamar

Este es un claro ejemplo de la normalización de la violencia, por años se ha criticado a la televisión abierta
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 El jueves pasado acudí a una escuela primaria, era la salida de los estudiantes quienes habían tenido su convivio de Día de Muertos mezclado con el Halloween. Muchos de ellos, normalmente los más pequeños, iban disfrazados de algún personaje y me sorprendió ver salir a muchos con atuendos de los personajes del Juego del Calamar, la serie más vista en Netflix en la historia. 

Estamos hablando de una de las series televisivas más perturbadoras y violentas, una trama por demás sangrienta en la que los participantes luchan por su supervivencia. Son juegos mortales en los que de antemano los televidentes saben que los personajes morirán, pero lo perturbador es la forma en que mueren.

Esta serie, que por cierto es la de mayor éxito en el mundo, fue ideada desde hace 13 años, su nombre se debe a un popular juego infantil de los años 70 en Corea. Un enfrentamiento de jugadores dentro de las formas de un círculo, triángulo y cuadrado que dan la forma del calamar.

El nivel de violencia es más que intenso, es un sistema de tortura por placer sádico de un denominado maestro. ¿Sabrán los papás de estos niños el significado real de la vestimenta de sus niños? Este es un claro ejemplo de la normalización de la violencia, por años se ha criticado a la televisión abierta de dar contenidos que en nada favorecen a la sociedad y se han creado leyes y reglas para evitarlo, aunque no muchas veces sucede, pero ahora tenemos el famoso streaming, sistemas de televisión de paga en las que el usuario decide o no verlas.

No es un tema menor, en México, 18.7 millones de alumnos de primaria y secundaria son víctimas de bullying, de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), acoso que surge de la violencia que llega desde casa. Además, según datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), entre 35,000 y 45,000 menores de edad actualmente están reclutados de manera forzada por el crimen organizado, una secuela más de la descomposición social que vivimos. Y así podríamos sumar datos de menores homicidas, los homicidios en México en cifras récord y demás.

¿Qué estamos permitiendo que vean los niños? La culpa no es de las series, sino de quienes ven y de quienes permitimos verlas. En Corea del Sur esta serie hace alusión a los juegos infantiles, lo que los niños de ese país jugaban y que hoy son nostalgia convertida en terror. ¿Queremos eso para México?

 Ya hay información de que se hará una versión del Juego del Calamar para México, cuyo fin será retratar también de una forma perturbadora la crear violencia. Ojalá y no, pues sinceramente no me imagino ríos de sangre contra quienes no lleguen a la meta al jugar a las quemadas o a las tapitas, moverse en las estatuas de marfil, balero o el yoyo, todos aquellos nuestros juegos nostálgicos.

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