Abrir o morir. Fue la frase que eligió el sector restaurantero para manifestarse, ante el cierre de sus unidades económicas por la pandemia de COVID-19.
Se trata de un frase con muchas connotaciones. Abrir, exponerse y morir. No abrir y morir de hambre.
Ninguna es válida, cuando se habla de personas, de familias completas que dependen de un negocio.
Se estima que previo a la pandemia de coronavirus el sector restaurantero, le daba empleo a poco más de 300 mil personas.
Hoy en día miles de integrantes, de este sector, perdieron su única fuente de ingresos y 10 mil negocios cerraron sus puertas. Muchas de ellas conocidas.
Cocinas económicas, restaurantes tradicionales, y bares emblemáticos del estado de México.
¡Esto tiene que acabar! Pero no solo depende de las autoridades, que deberían estar trabajando para evitar mayores contagios y políticas que eviten el desempleo.
También depende de nosotros y nuestra disciplina. Está por más decirlo. Pero… Ahí va de nuevo ¡Quédate en casa!