‘Austeridad’ gubernamental en tiempos de covid-19

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El correo electrónico que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) envió a investigadores del Sistema Nacional (SNI) para que donen sus estímulos por la epidemia de Covid-19 es una muestra de equivocada prioridad que se da al ‘apriete del cinturón’ gubernamental.

¿Por qué a la investigación de nuestro país? Si bien se supone que este gremio no está en campo por el confinamiento, la mente no deja de trabajar, no deja de ponerse metas y consolidar proyectos. De hecho, son los investigadores quienes puede darnos herramientas para que esta pandemia no nos vuelta a tomar por sorpresa. Si retomamos la polémica de lo esencial y no esencial, ¿lo son los proyectos de las refinerías o el tren maya en estos momentos? Para unos sí, para otros no.

Este ejemplo no es ajeno la reciente manifestación virtual de docentes pertenecientes al Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM), la cual ganaron por la presión política y mediática que alcanzaron. Resulta que ese sindicato había pactado en el presupuesto un bono por el Día del Maestro de 9 mil pesos a cada docente, pero solo les pagaron 5,600 en la quincena pasada del 13 de mayo. Esto amargó el de por sí nulo festejo.

El dirigente del SMSEM, José Manuel Navarrete Uribe, quiso dar cátedra de oratoria con retórica incluida y grabó un video para intentar aplacar los reclamos, pero por el contrario los encendió. El profesor les vendió la idea de que las fiestas y convivios del Día del Niño, Día de la Madre, del Día del Maestro y otros más que seguramente están pendientes (pues sepan ustedes que hacen convivios para casi todo) se realizarán después, pero del bono solo les dijo que era un “ajuste nacional”, y terminó el video.

Los maestros pelearon su #BonoCompleto pues de un total de 945 millones de pesos para este estímulo solo destinaron 588 millones de pesos. ¿En dónde están los otros 357 millones de pesos?, reclamaron. Por fortuna, el gobernador Alfredo del Mazo reculó y el 28 de mayo próximo les pagarán.

En el municipio de Zinacantepec pasó lo mismo, pero también hubo frenón de los regidores. El alcalde Gerardo Nava propuso recortar los sueldos, hasta ahí va bien la película, pero resulta que incluía a los servidores públicos que incluso ganan de 3 mil a 5 mil pesos brutos quincenales (y quiten los impuestos) con 5 % y de ahí hacia los mandos superiores con el 25 %. La mayor cantidad de los trabajadores está en el primer escalón, ¿es justo para ellos? ¿Por qué los alcaldes y Cabildos, que son los que más ganan no donan su salario o lo recortan a la mitad? Sería un buen gesto.

Moraleja: en tiempos de la pandemia los gobiernos quieren afectar parejo hasta a los sectores más vulnerables y caen en la contrariedad de la austeridad republicana de solo aplicarlo en lo no necesario. ¿Tendrá esto costos políticos?

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