“Hacía tanto que no alzaba la cara, que me olvidé del cielo”, escribió Juan Rulfo en Pedro Páramo. Si trasladamos la esencia de esa frase al deporte, sería lo que la marchista mexicana María Guadalupe González Romero, mejor conocida como Lupita González, ha padecido desde diciembre de 2018 cuando dio positivo por dopaje. La sustancia: trembolona. Suspensión inmediata por cuatro años.
Medallista de oro en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, ganadora de plata en los Juegos Olímpicos Río 2016 y subcampeona mundial en Londres 2017, por mencionar algunos de sus logros; originaria de Tlalnepantla, Estado de México, en cinco años ha experimentado el efecto rueda de la fortuna.
En ese lapso, fue la figura femenil más representativa de la caminata mexicana erizándole la piel a más de uno —me incluyo— cuando nos emocionó en los olímpicos de Brasil y el Mundial en Inglaterra. No se me barre tampoco de la mente cuando en Canadá llegó a la meta, desecha, sin aliento, cayendo al suelo a su arribo.
Ayer su caso volvió a escena, el telón se reabrió nuevamente cuando la resolución por parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), ratificó la sanción. Lupita tendrá que esperar hasta 2022 por lo que se perderá de forma definitiva los Juegos Olímpicos Tokio 2020 aplazados para el siguiente año.
Vía telefónica conversé brevemente con su entrenador Esteban Santos, lo escuché triste, incrédulo y sorprendido por la decisión, luego de la apelación que les daba la esperanza de un retorno rápido a las justas internacionales.
EL TAS es un organismo duro, de justicia. Esteban y Lupita tendrán tiempo para asimilar y decidir su futuro. El retiro o intentar competir en París 2024. Esta misma mañana de viernes Lupita habló en conferencia virtual con el respaldo de la Marina de México, institución a la que la marchista pertenece por sus logros en el deporte a nivel mundial. Le pido vaya a todomenosfutbol.com y actualice esto que le escribo.
Voces como la de Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano o la del medallista olímpico en Los Ángeles 1984, Daniel Aceves Villagrán y presidente de la Asociación de Medallistas Olímpicos Mexicanos resonaron ante la noticia. Este último tocó un tema importante para el deporte nacional, la falta de un laboratorio antidopaje en el país que hace unos meses eliminó la CONADE que dirige Ana Gabriela Guevara. Usted lo recordará. Por supuesto el apoyo de deportistas y entrenadores a Lupita González se manifestó en redes sociales. De este tema, hay tela de dónde cortar.
Nos leemos después y haga deporte.
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