Migrantes V. I. P.

Nos condolemos por los migrantes mexicanos muertos en EEUU, pero despreciamos a quienes llegan a nuestro país. No cabe duda que existen migrantes VIP, depende, claro, del extremo de la frontera desde donde se les vea, el análisis de Luis Fernando Vivero Domínguez.
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La noticia de la semana pasada fue, sin duda, la muerte de más de 50 migrantes en el estado de Texas, provenientes de diferentes países de Latinoamérica, siendo mexicanos más de la mitad de los fallecidos. El evento es, quizás, una de las tragedias recientes más importantes en torno al problema migratorio que en la historia moderna ha caracterizado a la frontera entre México y Estados Unidos. Pero la crisis no empieza ni termina ahí. Al tiempo que redacto estas líneas, me entero que otros cuatro migrantes murieron también en Texas luego de chocar el auto en el que viajaban cuando eran perseguidos por la patrulla fronteriza.

En toda la historia humana hasta ahora conocida no existen referencias de otro momento donde hubiera importantes, constantes y numerosas migraciones alrededor del mundo. De Latinoamérica a Estados Unidos, de Ucrania a Europa, de África a Europa, del Oriente Próximo también a Europa. Y aunque no se trata de un fenómeno nuevo, pues desde la época primitiva el ser humano migraba, lo que sucede en la actualidad responde a un contexto particular muy difícil y que tiene que ver con un reparto desigual de la riqueza en el mundo.

La situación se ha agravado porque, por si fuera poco, junto a las desigualdades también está el carácter racista con que se suelen separar las distintas migraciones en el mundo. Europa, por ejemplo, ha acogido con un amplio cariz humanitario el arribo de migrantes provenientes de Ucrania que han salido de su país a causa del conflicto con Rusia. Sin embargo, han cerrado sus fronteras para ciudadanos de otros países ubicados en el Cercano y Medio Oriente, quienes son vistos como una especie de peligro hacia la estabilidad política de las naciones de llegada.

A pesar, pues, de que los movimientos migratorios actuales son —como si se tratase de un tsunami producido por un sismo en las profundidades del mar— resultado de una inestabilidad social derivada de conflictos bélicos, falta de oportunidades de empleo o inseguridad a raíz de sus ideas, afinidades o actos, no todos los migrantes son del mismo nivel y algunos son bienvenidos, mientras que otros son despreciados. En México, país que se ha caracterizado por su apertura migratoria en el pasado, los migrantes provenientes de Centroamérica son vistos como una especie de mal o tumor que en determinado momento producirá problemas al orden político o a la economía del país. Los ciudadanos venezolanos no han dejado de ser estigmatizados por ciertos sectores de la sociedad mexicana, principalmente por fines de golpeteo político, a quienes se les acusa de querer implantar un régimen como el de su país de origen.

Nos condolemos por los migrantes mexicanos muertos en Estados Unidos, pero despreciamos a quienes llegan a nuestro país. No cabe duda que existen migrantes VIP, depende, claro, del extremo de la frontera desde donde se les vea.

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