¿Revocación sin oposición?

"En plena crisis por el Coronavirus y viendo que su nivel de popularidad ha caído para ubicarse en alrededor del 45 por ciento (...) el presidente, lejos de tomar medidas radicales para afrontar esta crisis lanzó un nuevo reto de 'campaña'"
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“En plena crisis por el Coronavirus y viendo que su nivel de popularidad ha caído para ubicarse en alrededor del 45 por ciento (…) el presidente, lejos de tomar medidas radicales para afrontar esta crisis lanzó un nuevo reto de “campaña”

Si algo ha caracterizado a Andrés Manuel López Obrador, ha sido el saber manejar los tiempos de la política. No en vano, pasó 18 años esperando el momento para sentarse en la silla presidencial, y lo hizo a cuesta de lo que fuera. En aquel 2006, no importaron 47 días teniendo bloqueado Paseo de la Reforma y las pérdidas económicas que esto conllevó, como tampoco importaron marchas y plantones donde fuera, con tal de ganar adeptos a su proyecto político. Proyecto que finalmente lo llevó a ocupar la Presidencia de la República.

Sin embargo, esas prácticas debieron haber terminado, teóricamente, el 1o de julio del 2018 al haber ganado las elecciones con una amplia mayoría. Y digo teóricamente porque, para muchos, López Obrador, más que gobernar para todos, se ha mantenido en campaña. Y es que no lo dude, el ejercicio diario de una práctica, la que sea, es difícil olvidarlo de la noche a la mañana y más si se realizó cada día durante 18 años.

Pero ¿porqué le cuento todo esto? En plena crisis por el Coronavirus y viendo que su nivel de popularidad ha caído para ubicarse en alrededor del 45 por ciento (luego de haber estado por arriba del 70 por ciento), y de la mano se han desplomado las preferencias a su partido al situarse en un 18 por ciento, el presidente, lejos de tomar medidas radicales para afrontar esta crisis, apoyar a los empresarios, hacer una planeación de lo que será el México de mediados de este 2020, lanzó un nuevo reto de “campaña”, literal: DE CAMPAÑA, al confrontar a los Senadores y decirles que si quieren adelantar la consulta para la revocación de mandato, él está puesto. ¿Será el momento para algo así? La respuesta de priistas y perredistas entre otros, fue clara: “…señor Presidente, póngase a gobernar y luego siga en campaña para su reelección…”

Sí, leyó usted bien: escribí “reelección” en un país donde la constitución no la permite, pero que en este caso podría ser considerada; ya que, el pueblo -sabio y no sabio-, le daría la autorización de continuar en el cargo. Por un lado, a López Obrador le caería “como anillo al dedo”, políticamente hablando, buscar esta consulta; ya que, de mantenerse en el poder, recuperaría mucha de la popularidad que se ha ido desvaneciendo en las últimas semanas. Y por otro lado, él sabe perfectamente que la oposición está muy desorganizada y que los puntos que él ha perdido no se han ido a la preferencia de algún político opositor que pudiera quitarle el cargo. Así que su intención fue más que justificada.

Por lo pronto, los Senadores le dieron la espalda y no le permitieron, por ahora, este plan. Habrá que ver cómo se van moviendo las cosas en un momento en donde la política guiña un ojo para unirse a la crisis sanitaria y en donde los más astutos, sin importarle la vida de los demás, tratarán de sacar provecho para cumplir con sus deseos.

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