Tráfico de bienes por internet

Las carencias en los sistemas de vigilancia y seguridad en los museos ha propiciado el robo y tráfico de bienes por redes sociales.
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Después de ocho meses cerrado, como parte de las medidas sanitarias implementadas en este año, ayer reabrió el Museo Nacional de Antropología. Como ya es costumbre, las visitas serán bajo estricto control y no deben ser superados los 1500 asistentes diarios. En un editorial anterior compartí que varios museos de la Ciudad de México comenzarían también a abrir, nuevamente, como en efecto ya sucedió.

Pero es posible que no todos los museos del país cuenten con la misma seguridad en el resguardo de los bienes arqueológicos e históricos que contienen. Que dicho sea de paso, el Museo Nacional de Antropología ya fue víctima de un saqueo el 25 de diciembre de 1985, cuando alrededor de 140 piezas, entre ellas un mono de obsidiana valorado en 20 millones de dólares, fueron ultrajadas de tan emblemático sitio.

            Esto lo traigo a colación a raíz de que el gobierno de Australia entregó esta semana a México cuatro piezas de origen prehispánico, adquiridas por tres compradores en una tienda en línea con sede en Estados Unidos, las cuales fueron decomisadas en la aduana australiana. En los últimos años, el tráfico de estos bienes, por medio de la internet en sitios como Facebook, ha tenido un incremento preocupante.

De hecho, la UNESCO ha alertado que en las recientes condiciones de pandemia y confinamiento la venta ilegal de estos objetos aumentó, en buena medida porque no pocos recintos museísticos, al permanecer cerrados durante varios meses, relajaron las medidas de seguridad. Como señala también este organismo internacional, dado que por el momento la salud continúa siendo la prioridad de los gobiernos, el cuidado del patrimonio ha quedado un tanto relegado de las políticas.

            Y es que no son pocos los museos en nuestro país que carecen de equipos de seguridad eficaces, o de personal capacitado para el resguardo de los bienes que conservan. Los pocos recursos con los que cuentan no son suficientes para echar a andar un sistema de seguridad más allá de la vigilancia que puedan otorgar los pobladores y vecinos del museo.

Es necesario no perder de vista que estos espacios, por más pequeños que sean, requieren de atención. No solo los grandes museos como el de Antropología, sino voltear a ver aquellos que pueden figurar como un atractivo latente para quienes gustan del tráfico de bienes arqueológicos e históricos.

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