Con fanfarrias y vítores el Gobierno federal celebra cada cargamento que llega a México de la vacuna contra COVID-19, acción que debería celebrarse así, sí hablamos del fármaco que ayudará a disminuir la incidencia y la cifra de muertos por coronavirus.
Pero no sucede así y esto se debe, me atrevo a decir, a la falta de organización en el esquema de vacunación.
Un ejemplo de ello es Ecatepec, donde la inoculación se ha salido de control al grado que los familiares de los adultos mayores han tomado importantes avenidas para exigir respeto, sí respeto a su tiempo y a su vida.
Toda vez que son largas las filas, y más la agonía de recibir una esperanza de vida, que tal vez nunca llegue para los abuelitos de otros municipios mexiquenses, pues hasta ahora solo 25, de los 125 que hay en todo el Estado de México han vacunado a sus adultos mayores.
Los restantes se encuentran ahí a la espera de una vacuna, de la pronta respuesta de las autoridades, pues cada vez es más insostenible mantener a la población en casa, sobre todo, con la reactivación del comercio y la movilidad en la entidad.
Ojalá no sea tarde para ellos.
