Clases presenciales, el reto gubernamental

La ciencia dice que es muy bajo el porcentaje de niñas y niños con Covid-19, y al menos así se ha comportado en el mundo.
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En las últimas dos semanas, el gobernador Alfredo Del Mazo Maza, intensificó su mensaje en torno al regreso a clases de forma presencial. Voluntario, seguro y responsable; la línea del presidente Andrés Manuel López Obrador, mismas acciones para garantizar su regreso, mismo tono, el de lograr que los papás vean que es un beneficio social y psicológico para los pequeños y, por otro lado, la reactivación económica de otros sectores.

Por un lado quizá haya razón, ya más de 17 meses en el encierro para muchos niños y adolescentes les ha cambiado sus hábitos, muchos ya no quieren regresar a las aulas, pero no tanto por miedo, sino porque ya se acostumbraron a estar frente a una computadora o un celular. Hay temor, sí, pero a decir verdad en los últimos meses ya la normalidad ha vuelto a muchas familias que los llevan a los tianguis, a las plazas comerciales, a fiestas infantiles, pero a las aulas les resulta temeroso.

La propia UNICEF ha avalado el regreso a las escuelas, muchos países de Europa y de América Latina ya lo han hecho y México no, para no enfrentar el rechazo colectivo y desgaste político.

La ciencia dice que es muy bajo el porcentaje de niñas y niños con Covid-19, y al menos así se ha comportado en el mundo. Hace unos días, el diputado del PAN, Josá Antonio García, dijo que en el Estado de México se han registrado 4 mil 755 contagios y 94 muertes de menores de edad y, hoy, en el contexto social en el que las cifras altas solo son eso, cifras, pues representa una cantidad muy pequeña, comparado con las más de 40 mil defunciones reportadas en el Estado de México. También es cierto que comienza a bajar, poco a poco, la ocupación hospitalaria.

Viene el otro escenario, el económico, 7 mil 500 papelerías han cerrado, según la Asociación de negocios de papelerías, y con ello también se ha afectado al transporte público, a negocios de comida, aumento de consumo de combustible, uniformes, entre muchas más áreas económicas. Le urge al gobierno que haya más recursos, pues ello ha impactado en la nula existencia de obra pública, mala infraestructura carretera y demás.

Es todo un reto para el gobierno, concientizar a la gente de que es necesario, pero se da desafortunadamente en un semáforo epidemiológico naranja, que significa alto riesgo. Y es que el gobierno se cansó de decirnos que las clases llegarían hasta el semáforo verde, así fue una y otra vez, y hoy pues eso ya no se cree.

Así que mañana estaremos presenciando el regreso de pocos estudiantes a las aulas, de los 3.3 millones que están convocados, y todo se debe al miedo y al poco avance en la estrategia de vacunación en sectores prioritarios durante estos 8 meses.

Decirle que lleve o no a sus hijos no es mi objetivo, corresponde la decisión a cada familia, solo le planteo los escenarios que tiene México, en medio de esta pandemia.

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