Con un mínimo porcentaje de credibilidad está terminando el ataque a un taxista en Valle de Bravo, Estado de México. Resumo un poco para quienes no estén al tanto.
El 1 de marzo se informó de la muerte de un hombre de 54 años en una zona boscosa, el presidente municipal vallesano Mauricio Osorio Domínguez informó de inmediato (cual perito) que se trataba de un felino. Presumió su coordinación con las autoridades estatales y federales en la materia y los trabajos coordinador para ir en su búsqueda, hasta la Guardia Nacional se sumó.
Se desplegó un operativo intenso, se suspendieron las clases y literal se aplicó un toque de queda; después vino la debacle informativa cuando el Fiscal General Alejandro Gómez Sánchez corrigió la historia; no es un felino sino un ‘perro grande’.
Independientemente de las hipótesis maquiavélicas que refieren que se está ocultando a algún personaje de alto nivel (que se le haya escapado su mascota felina), se evidenció un mal manejo en la comunicación.
¿Con base en qué elementos se afirmó que fue un felino el que atacó al taxista? No dudo en que el personal de las dependencias cuente con experiencia en la materia, pero faltó un paso importante: la verificación de los hechos. En el discurso se generó miedo, pánico y ahora una mala imagen al pueblo vallesano al que hasta memes le han llovido.
Ahí el papel fundamental del comunicador social, de advertir riesgos y guiar. ¿qué comunicar y cómo comunicar? evitar escenarios como el que se generó, la falta de credibilidad. Después de su video sobre el “felino” el alcalde no ha declarado nada por esas mismas redes sociales en las que logró aplausos por su trabajo (en su momento)
Mismo escenario vivió en octubre de 2019 el alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas, quien respaldándose como Presidente de la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC) dio por muerto a su colega el exalcalde de Valle de Chalco, Francisco Tenorio, víctima de un ataque por arma de fuego.
A Vargas lo tuvieron que corregir de inmediato, pero la noticia ya se había esparcido y desde luego le generó críticas negativas que afectaron en su momento la credibilidad del panista.
La prisa por informar y alcanzar protagonismos es literal una soga al cuello, la llamada supercarretera de la información nos obliga a analizar los canales para comunicar y sus efectos.
El estadounidense Harold Lasswell nos regaló en su teoría la necesidad de entender los canales y los efectos para comunicar.
De acuerdo con el Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2018, de la Asociación de Internet Mx, hasta ese año en nuestro país había 82.7 millones de usuarios de internet, el 82 % accede a redes sociales y el 92 % lo hace desde su celular.
Tomar en cuenta estas y más cifras en la era digital podrían ser la diferencia entre enaltecer o sepultar a cualquier personaje o institución.
