Los archivos y la reapertura temerosa

Aunque el Archivo General de la Nación de México (AGN) reanudó su servicio de consulta documental, aún tiene como pendiente ampliar las vías de acceso remoto y digital a la documentación que resguarda.
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La semana pasada, el Archivo General de la Nación de México (AGN), reanudó su servicio de consulta documental a investigadores. La suspensión de actividades inició a la par que comenzó el confinamiento, allá por el lejano mes de marzo. Según la leyenda que todavía puede leerse en la entrada del antiguo Palacio Negro de Lecumberri, la reanudación de actividades sería hasta que el semáforo epidemiológico estuviera en color verde (lo que hasta ahora no ha sucedido).

Temerosa la reapertura porque el comunicado de reanudación de servicios fue publicado en las redes sociales del AGN en al menos tres ocasiones, luego de que fuera simultáneamente borrado de las mismas. Aunque las condiciones todavía no son del todo adecuadas, lo cierto es que en estos más de siete meses, la ausencia de servicios de archivo se hizo notar, no sólo entre historiadores, sino en investigadores de diferentes áreas de las ciencias sociales y las humanidades, que clamaban por una pronta reapertura.

Lo cierto es que, al menos por mi experiencia personal, el AGN aprovechó este tiempo para mejorar la calidad de su servicio en lo que respecta a reorganizar y actualizar el registro de sus investigadores y brindar instrumentos más eficaces para solicitud de citas. No obstante que sigue quedando pendiente el ampliar las vías de acceso remoto y digital a la documentación que resguarda.

De la misma manera que lo hizo el AGN, otros repositorios documentales también abrieron de nuevo sus puertas, después de que tuvieron autorización del gobierno de la Ciudad de México. Aproximadamente dos semanas antes ya habían reanudado sus servicios el Archivo Histórico de la Ciudad de México y el Archivo Histórico del Arzobispado de México. Los tres, en lo absoluto, con estrictas medidas sanitarias.

Sin ser alarmistas, la pregunta aquí es cuánto durará este mecanismo y si en caso de que la capital del país regrese al semáforo epidemiológico color rojo estos acervos documentales nuevamente cerrarán sus puertas, o bien establecerán vías aún más restringidas para su consulta. Esto lo planteo ante los recientes rebrotes de contagios y el retorno de algunas entidades federativas al semáforo rojo. Pero como lo expresé en una de mis primeras editoriales: seamos positivos; si reanudaron sus servicios los repositorios documentales es, al menos, una buena señal.

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