“Estos Diablos llevan camino al fracaso, de ligar su tercer torneo sin una fase final, de una vez más, tener en la cancha a jugadores que no se entregan por la playera”
El regreso de José Manuel de la Torre a la dirección técnica de los Diablos Rojos del Toluca levantó ilusiones poco argumentadas, basadas más en la nostalgia por ser el último estratega que les dio un título, que en una verdadera revolución en la plantilla de jugadores, que el año pasado, arrastraron el prestigio de la institución y sellaron el peor acumulado de puntos en su historia dentro de los torneos cortos.
Si bien para este semestre llegaron a la institución futbolistas con calidad como el charrúa Leonardo Fernández o el ecuatoriano Michael Estrada, se mantuvo la base de aquel vestidor que ni con Hernán Cristante y tampoco con Ricardo La Volpe, lograron trascender.
Por eso el ex jugador de los Diablos y campeón de Copa en 1989, Washington Olivera, sentenció desde el arranque de temporada “con los mismos jugadores se tendrán los mismos resultados”, además de asegurar que los Diablos otra vez se quedarían sin Liguilla al final del presente torneo de Clausura 2020.
Cuánta razón había en esos augurios del profesor Washington, pues este Toluca nada más no camina en la Liga, después de siete fechas solo suma seis puntos, apenas una victoria, un empate y ha tropezado en cinco ocasiones, dos de ellas en casa.
Otra vez, como pasó en los dos semestres anteriores, estos Diablos llevan camino al fracaso, de ligar su tercer torneo sin una fase final, de una vez más, tener en la cancha a jugadores que no se entregan por la playera, que caminan en la cancha y que están contagiando a los de talento como el propio Leo Fernández.
Pero, ¿por qué se quedaron los jugadores del año pasado? Pues porque su llegada el anterior director deportivo, Jaime León, les firmó contratos multianuales, sin ningún tipo de restricción respecto a logros y con salarios millonarios.
Por eso mismo, fue imposible encontrarles acomodo en otro club en el fútbol mexicano, tampoco se pudo en el extranjero, entonces, el Chepo de la Torre tuvo que formar su plantilla no con los refuerzos que él hubiera deseado, sino con lo que ya había en el equipo, con esos mismos que el propio entrenador a su regreso al club llamó “hojas muertas”, pero que no pudo “sacudir” de la plantilla como le hubiera gustado.
Así, poco a poco han aparecido en las alineaciones del entrenador jugadores como Federico Mancuello, Diego Rigonato, Fernando Tobio, Jonatan Maidana y Gastón Sauro, los tiene que poner a jugar porque “es lo que hay”, con ellos debe armar un sistema que no está funcionando.
Los emotivos partidos que ganó en cuartos y octavos de final de la Copa MX solo distrajeron la atención de esta crisis que tiene el equipo, de un pobre acumulado que hoy lo tiene en la parte baja de la clasificación general y con un futuro poco prometedor.
Son los números los que vaticinan una nueva crisis, después de siete jornadas en el Clausura 2019 y con Hernán Cristante al mando Toluca sumaba un punto más que en la actualidad, y en el Apertura 2019 con Ricardo LaVolpe un punto menos, en ambos semestres no calificaron a la liguilla.
