Seamos positivos

La "nueva normalidad" implicará de paciencia para las actividades académicas, educativas y culturales, además de ser positivos, indica en su análisis semanal el historiador Luis Fernando Vivero.
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Las autoridades mexicanas dieron a conocer ayer el mecanismo de regreso a las actividades cotidianas, interrumpidas la mayor parte de ellas desde el 23 de marzo de este año. Lo que el gobierno denominó Jornada Nacional de Sana Distancia implicó medidas de mitigación consistentes en la suspensión de actividades no esenciales. Según lo dispuesto, el retorno gradual iniciará el 18 de mayo y se extenderá por lo menos hasta agosto-septiembre con el regreso a las clases presenciales en todo el país.

Es evidente que uno de los sectores que más afectaciones tuvo durante esta cuarentena fue el académico-educativo y cultural. Iniciando por las clases presenciales, desde el nivel preescolar hasta el superior y los estudios avanzados modificaron su modalidad presencial para hacer uso de plataformas electrónicas y de esta manera darle continuidad al trabajo. Por lo tanto, aquellas instituciones que veían aún lejana —o por lo menos no tan súbita— la utilización de esta tecnología tuvieron que adaptar sus recursos, personal y tiempos para ofrecer clases en línea.

Asimismo, son innumerables las actividades culturales —y deportivas— que en todo el país quedaron suspendidas, se reprogramaron, fueron canceladas, o bien se llevaron a cabo vía virtual. Otras tantas fueron dispuestas a propósito de la emergencia sanitaria y la oportunidad que ésta ha brindado para ser analizada desde diferentes facetas; aquí podemos ubicar el ciclo de conferencias Viernes Viral que organiza El Colegio Nacional, y que se transmite en vivo todos los viernes, a partir de las 20 horas en su página oficial. O también los programas de El Colegio de México titulados Enfermedades, epidemias y plagas en la Historia de México, disponibles ya en YouTube.

Como ya he señalado, a partir del lunes 1 de junio el país regresará en lo genera y de manera gradual a sus actividades, sin descuidar las medidas de higiene, mismas que deberán estar presentes para evitar una segunda ola de contagios de Covid-19. Ante esto, algunas voces se han opuesto y han decidido continuar con las disposiciones que hoy están vigentes. Por ejemplo, el gobierno de Nuevo León informó que en el presente ciclo escolar ya no se reanudarán las clases presenciales en aquel estado.

Cabe decir que estas disposiciones al finalizar la Jornada Nacional de Sana Distancia entrarán en vigor por varias razones; primero, porque las actividades económicas requieren ser reanudadas cuanto antes; y segundo, porque la curva epidémica tendería a descender en los últimos días de mayo. Sin embargo, el riesgo continúa latente, pues a diferencia de la pandemia de Influenza AH1N1 donde la vacuna estuvo lista a los seis meses, la vacuna contra el nuevo coronavirus no existe aún y estaría terminada en un tiempo estimado de 18 meses.

Legítimos cuestionamientos han puesto en duda el retorno a lo que han denominado “la nueva normalidad”, —que contrario a lo que muchos consideran no pienso que sea definitiva—, en tanto no exista una vacuna. Sin embargo, debemos ser conscientes de las diferencias significativas que hay con respecto a la pandemia de hace 11 años. Hoy, 2020, las herramientas tecnológicas tienen un alcance mayor, ofrecen diversas facilidades para el trabajo desde casa y han permitido que las instituciones educativas fueran “abandonadas” durante 73 días sin que ello representara la pérdida del año escolar. Por otro lado, si las condiciones así lo exigen, será posible continuar con la mayor parte de las actividades desde casa, permitiendo que aquellas esenciales —o de las que la gente depende para subsistir— puedan retornar. Seamos positivos y pacientes.

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Twitter: @ViveroDomínguez

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