Secuelas electorales

Morena pecó de confianza en muchos municipios y hoy están pagando las consecuencias, pues el efecto mediático AMLO y Morena no son para siempre.
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Sorpresas políticas y división dejó la elección del domingo pasando, ya lo habíamos adelantado, que Morena perdería más que el PRI en su alianza con el PAN y el PRD, que, siendo muy realistas, no tenían más que perder tras permanecer casi moribundos desde el 2018.

Por principio de cuentas, diremos que el caballo negro de esta jornada electoral se llama Raymundo Martínez Carbajal, exsecretario de movilidad, candidato a la presidencia municipal de Toluca, gobernada por Morena y por Juan Rodolfo Sánchez Gómez, quien, digámoslo con todas sus letras, marcó una gran diferencia a su llegada en la capital luego del municipio que le dejó el profesor Fernando Zamora Morales, también del PRI.

Casi nadie se esperaba este resultado pues, es demás sabido que, por trayectoria política Juan Rodolfo Sánchez tenía más por ganar. Es más, ya se daba por hecho su victoria y al final ni siquiera cerrada estuvo la contienda, Carbajal Martínez gobernará a partir del 1 de enero de 2022. Digamos que Juan Rodolfo Sánchez fue víctima del efecto de la alianza antigobierno que se orquestó a nivel nacional, el mismo efecto que le favoreció hace dos años y medio con Andrés Manuel López Obrador.

Caso similar en Valle de Bravo donde hubo nervios, tensión y miedo hasta el último minuto con el conteo de los votos y al final el triunfo para Michelle Núñez, de Morena, ante Zudikey Rodríguez, la exparticipante del exatlón, quien estuvo envuelta en amenazas del crimen organizado. Coacalco y Teotihuacán por mencionar dos más, Morena pecó de confianza en muchos municipios y hoy están pagando las consecuencias, pues el efecto mediático AMLO y Morena no son para siempre.

El caso de las amenazas no es aislado, las autoridades lo han mantenido a discreción, pero en las campañas y en la jornada electoral hubo presencia de “personas malas” amedrentando u obligando a la gente a votar por ciertos candidatos, de eso hay muchos testimonios y testigos, gente en los municipios merodeando las casillas y que influyeron.

¿Qué nos deja la elección? Una geografía electoral distinta, dividida y por demás peleada de cara a la próxima elección de gobernador y la presidencial. Una alianza PRI, PAN y PRD que puede dar batalla solo si siguen unidos, ante un Morena que ya vio que en alianza tiene más que perder que ganar. Nos deja un Congreso equilibrado, que ahora batallará para aprobar presupuestos, como el de diciembre pasado, iniciativas de recortes de Cabildos como el que Higinio Martínez instruyó, entre otros.

Nos deja un abstencionismo del 46 % pese a tener ya el semáforo epidemiológico casi verde y la lección de hacer alguna reforma electoral más dura que impida que los partiditos puedan hacerse de recursos públicos tan fácil, hablamos del PES, del RSP y Fuerza México, pues habría que explicarse cómo en muchos municipios tuvieron menos votos que las firmas necesarias para obtener su registro. Los diputados y el propio Instituto Electoral del Estado de México deben poner atención a ello.

Morena debe estar muy preocupado, pues, aunque gana municipios muy importantes, sobre todo en el oriente, fueron resultados muy cerrados, lo que nos indica que la mitad de los electores estarán en desacuerdo con ellos en su administración.

Sí, como partido en solitario puede tener mayor número de votos, pero por número de municipios hay otro mensaje, que es el mediático, y que indica que más de medios Estado de México no comulga con su forma de gobierno.

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