Los sucesos del Jueves de Corpus han tenido menor repercusión en la consciencia colectiva de los mexicanos; pero no por eso deja de ser un momento necesario de mantener en la memoria.
Pensar críticamente la realidad es ser conscientes que ni antes las instituciones estuvieron en riesgo ni tampoco ahora lo estarán porque nunca fueron perfectas.
Hoy parece que el léxico del español también sirve para distinguir y producir estereotipos. Analiza el historiador Luis Fernando Vivero Domínguez, a propósito de la columna de Eduardo Gaccia, en el periódico Reforma.
Considero que es todavía pronto retorno a las clases a sabiendas de que es permisible cierta flexibilidad para aplazarlo al siguiente semestre del año.
El uso de la historia con fines políticos no es nuevo ni particular de este gobierno.
El progreso no es más que un deseo que, por más que se anhele, siempre estará fuera de nuestras manos concretarlo.
El caso del obispo emérito de Ecatepec debería encender los focos rojos en la Iglesia mexicana, pues lejos de ser un asunto aislado podría ayudar a entender un problema serio.
El regreso a las actividades académicas deberá hacerse si y solo si existen las posibilidades de hacerlo sin poner en riesgo la salud de los alumnos.
En 2020, nuestro país ocupó el segundo lugar, después de Turquía, con mayor generación y propagación de noticias falsas sobre el Covid-19.
No se requiere un título para tener la autoridad de emitir posturas sobre un tema.
Si bien no constituyen servicios de primera necesidad, sí representan fuentes de trabajo directas e indirectas para miles de personas en México.
El discurso histórico está entrelazado a la actividad política y a la legitimación del poder gubernamental.
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